
Si bien amamos y respetamos a nuestros mayores, también nos damos cuenta de que hay ciertas cosas que vienen con la edad, además de la sabiduría. Los cambios físicos en las personas mayores no se limitan a su apariencia externa.
Hay un olor corporal característico, producto del envejecimiento, comúnmente llamado “olor a viejo”. Aunque no es un término halagador, la ciencia ha demostrado que existe. Lo has olido. Es como mohoso, con matices de aceite o grasa, y parece salir por los poros.
Puedes encontrarlo en casa de un familiar, en residencias de ancianos o en la fila del supermercado, pero ten en cuenta que tiene poco que ver con la higiene. Según los científicos, el olor se debe a un compuesto llamado 2-nonenal. Cuando las hormonas cambian con la edad, nuestro cuerpo produce más ácidos grasos en la piel.
Nuestros niveles de antioxidantes disminuyen con la edad, por lo que estos ácidos grasos se oxidan, lo que a su vez produce altas cantidades de nonenal. Este puede permanecer en la piel incluso después del lavado y se exuda principalmente por la zona del pecho y la espalda.
Hay algunas cosas que pueden aumentar la intensidad del olor: la ropa sucia, los espacios reducidos y la deshidratación.
Las enfermedades y los medicamentos también pueden contribuir al olor. Un estudio publicado en 2001 en la revista Journal of Investigative Dermatology reveló que las personas mayores presentaban una mayor concentración de nonenal adherido a la ropa.
Según un estudio más reciente de 2012, la capacidad de los humanos para distinguir el olor de las personas mayores de los demás podría estar vinculada a una conexión subconsciente con sus ancestros. Al igual que los animales, podrían determinar la edad y el estado de salud de alguien por el olor.
Los japoneses tienen un nombre para este olor: kareishu, y muchas empresas del país han creado productos para combatirlo. Existen perfumes, jabones corporales y otros desodorantes que supuestamente ayudan a neutralizarlo. Se dice que uno de sus ingredientes, el caqui, lo elimina por completo de la piel.
Sin embargo, hay varias cosas que se pueden hacer para combatir lo que se origina en la piel.
El ejercicio favorece el metabolismo, por lo que realizar actividad física puede ayudar a mantener el equilibrio hormonal y reducir los niveles de estrés. Otro paso clave es lavar la ropa con regularidad.
El nonal se acumula fácilmente en la ropa, por lo que puede ser necesario lavarla con más frecuencia. Llevar una dieta saludable que incluya muchos antioxidantes y agua puede beneficiar a la piel. La deshidratación no solo reseca la piel, sino que también puede contribuir a los malos olores que emanan de la boca y el cuerpo.
La higiene es solo un paso, pero una de las cosas más sencillas que puedes hacer es dejar entrar el aire fresco. Envejecer es inevitable y es natural que el cuerpo cambie. Sin embargo, mostrar compasión, respeto y amor a nuestros mayores es algo que nunca pasará de moda.
¿Te molesta este olor tan familiar? ¿Sabías que tiene una explicación científica? ¿Qué opinas de los productos especializados que podrían neutralizar los efectos del nonenal?