Elon Musk nunca ha sido de los que siguen las normas convencionales, ni en los negocios, la innovación ni siquiera en la vida familiar. El multimillonario emprendedor, conocido por su papel en la creación del futuro de la tecnología, ahora ha volcado su atención hacia el interior, creando un estilo de vida tan poco convencional como su carrera. Informes revelan que Musk ha comprado un complejo multimillonario en Austin, Texas, diseñado para albergar a sus 11 hijos y a algunas de sus madres en un espacio cercano.

Musk ha expresado abiertamente su preocupación por la disminución de la natalidad, defendiendo a menudo la idea de que tener más hijos es esencial para la supervivencia de la civilización. Su vida personal parece reflejar esta creencia, ya que continúa ampliando su familia mientras se esfuerza por mantener la relación con sus hijos. Su última mudanza —una finca aislada con mansiones interconectadas— parece ser un intento de fomentar una unidad familiar centralizada, un enfoque poco común entre figuras de alto perfil.
Sin embargo, no todos los miembros de la extensa familia de Musk comparten su visión. Si bien una de las madres, Shivon Zilis, ejecutiva de Neuralink, se ha mudado al complejo con sus hijos, otras, como la música canadiense Grimes (Claire Boucher) y la autora Justine Wilson, han optado por permanecer al margen del acuerdo. Con la compleja dinámica familiar en juego, el ambicioso plan de Musk plantea preguntas intrigantes: ¿puede una de las figuras más influyentes del mundo redefinir la crianza compartida moderna, o se trata de un experimento destinado a encontrar resistencia?

The Compound: un santuario familiar en Austin, Texas

Elon Musk lleva mucho tiempo expresando su deseo de participar activamente en la vida de sus hijos, a pesar de las dificultades que supone compaginar la paternidad con su exigente carrera profesional. Su decisión de establecer un complejo familiar centralizado parece derivar de este objetivo. Según informes, Musk imagina un espacio donde sus hijos menores puedan crecer juntos y él pueda distribuir su tiempo con mayor facilidad.
Ubicada en un barrio apartado de Austin, Texas, la propiedad recién adquirida por Musk, valorada en 35 millones de dólares, comprende una mansión de 14.400 pies cuadrados inspirada en las villas toscanas, junto con una casa de seis habitaciones justo detrás. La residencia principal rebosa encanto europeo, con techos de terracota, portales arqueados y amplios patios. La ubicación del complejo también sitúa a Musk muy cerca de la sede de Tesla y de las instalaciones de SpaceX, lo que le permite compaginar su vida familiar con sus negocios.
Según se informa, Musk priorizó la discreción durante la adquisición, ofreciendo a los propietarios viviendas muy por encima del valor de mercado y exigiendo acuerdos de confidencialidad. Si bien el complejo refleja su visión de un espacio familiar unificado, no todos los miembros de su extensa familia comparten el mismo entusiasmo. Algunos de sus antiguos socios han acogido la idea con entusiasmo, mientras que otros han optado por mantener la distancia, lo que pone de manifiesto la complejidad de mantener los vínculos familiares bajo un mismo techo.